jueves, 3 de abril de 2014

Yugoslavia for dummies

Luego de contar sobre qué va mi Tesis, siempre viene otra pregunta: "pero, para. ¿Serbia no es Yugoslavia? Qué complicado"

No, pero un poco sí. Osea, no. Pero depende como lo mirés.

Empecemos diciendo algo enredado: no todos los ciudadanos de Serbia eran serbios, ni todos los serbios vivían en Serbia. Se puede ser ciudadano de Serbia, pero no ser nacionalmente serbio (es el caso de los húngaros en el norte y los albaneses en el sur, que ni siquiera son eslavos). Asimismo, muchas personas nacionalmente serbias vivían en otras repúblicas de Yugoslavia, especialmente Croacia y Bosnia Herzegovina.

Segunda aclaración: eslovenos y croatas son católicos; serbios son ortodoxos; «bosníacos» son musulmanes. Pero, todos son étnicamente eslavos del sur.

Con todo este mambo, la desintegración de Yugoslavia ha sido una de las más grandes catástrofes humanitarias del siglo XX. Cuando Europa ya se comenzaba a acostumbrar al fin de los conflictos bélicos extendidos, el polvorín explotó en su vecindad más cercana. La explicación simplificada es que el fin del comunismo permitió la aparición de odios interétnicos ancestrales. Mi opinión es un poco más compleja, pero también puede ser resumida en términos simples: fue la violencia la que generó el odio y no al revés.

Slobodan Milosevic asumió la Presidencia de la República de Serbia (no de Yugoslavia) en 1989. Este señor, que era casi desconocido sólo 2 años antes, construyó su poder de una manera fácil y peligrosa: recurrió al nacionalismo para construir su plataforma política y lograr el apoyo de la sociedad.

Primero se fue Eslovenia. Linda, chiquita, católica. La dejaron ir sin grandes problemas. Ahí no había muchos de nacionalidad serbia. Fue una lástima de todos modos, porque eran los más ricos.

Después se fue Croacia. Acá las cosas se comenzaron a poner feítas. En el este del país, en Krajina, había ya una importante minoría de etnia serbia.  Balas, bombas, genocidio. Serbocroatas respondieron declarando su independencia. Los croatas se vengaron y prácticamente limpiaron a Croacia de serbios.

Pero, aun, las cosas empeorarían más aun. Porque quedaba el país con segundo nombre: Bosnia Herzegovina. Históricamente, esta región había siempre tenido entidad legal y política y había, hasta 1919 formado parte del Imperio Austrohúngaro junto a Eslovenia y Croacia. Previamente a eso, habían estado los otomanos. Los señores turcos, que tenían muchas tierras y sólo les interesaba la plata, permitieron a los eslavos de la región tener la religión que quisieran. De todos modos, muchos de ellos se convirtieron al Islam porque con eso pagaban menos impuestos: son a los que desde hace unos 20 años llamamos «bosníacos» como para diferenciarlos de todos los demás. Ahora bien, en Bosnia-Herzegovina estaban los tres: croatas, serbios y bosníacos. El tema es que, tras la lucha anterior, Croacia y Serbia se aliaron en contra de los musulmanes de B-H. Todo mal. Guerra, genocidio, masacres. Estados Unidos intervino. Pum, pum, Acuerdo de Dayton en 1995. Bosnia Herzegovina se independizó y su constitución estableció un sistema institucional muy complicado para que todos vivan felices, osea infelices.

¿Las cosas empeoraron más todavía? Bueno, no. Pero pudo haberlo sido. Tres años después, las cosas se pusieron oscuras en Kosovo. Esta provincia, que formaba parte de Serbia, estaba habitada por una mayoría de albaneses (no eslavos). Los señores albanokosovares querían cualquier cosa menos seguir dependiendo de Belgrado. Milosevic, por su parte, que había perdido las elecciones municipales de 2007, necesitaba más nacionalismo para pasar el invierno. 1998, guerra. Aunque, ahora los diplomáticos podían, mientras tomaban café, ver CNN desde sus oficinas en Londres o Washington. Y CNN mostraba que las cosas estaban poniéndose feas en Kosovo. "Somos occidentales, somos gente buena, tenemos que hacer algo". Dayton era poco cool; mejor se juntaron en Rambouillet, un lindo palacio francés con buen catering. ¿Qué pasó? Nada, obvio. Milosevic no firmó y la OTAN bombardeó Belgrado. 78 días después, fin de la guerra. Kosovo quedó bajo administración de Naciones Unidas. 9 años después declaró su independencia.

Fin.

Tengo que ser profe de historia, ya sé.

El punto es: no, Serbia no es Yugoslavia. Yugoslavia nunca llegó a existir.

Ah, y me olvidaba: también está Macedonia. Pero eso ya es demasiado complicado incluso para mí. No hubo guerra, así que no nos interesa tanto.








1 comentario:

  1. Holaa leo tu blog tmb jaja (aparte de robar contraseñas de novios xq no tngo cuenta google :p ) Hacía mucho q no leía nada sobre el tema. Me gustó!! Tq , Cruz

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